EDUCARES

La VIDA es EDUCACIÓN. En este blog los invito a compartir ambas cosas. Vida y Educación. Este es un espacio para aportar e intercambiar ideas, sugerencias, saberes, todo aquello que promueva un mejor desarrollo de la educación. En palabras de Barylko (filósofo argentino): "Aprender es vivir, Aprender es disfrutar, Aprender es pensar críticamente. Maestros, niños, jóvenes, adultos, toda persona que añore un margen de libertad y autenticidad". Bienvenidos a EDUCARES.

miércoles, noviembre 15, 2006

La superficie y lo que esconde

Llevo días, semanas, pensando en este tema ahora en boca de todos ,"la violencia en las aulas", y creo que nos estamos quedando en la superficie, en lo que se ve, en lo que sale publicado. Sin embargo no estamos analizando lo que se esconde debajo de la superficie. Tal vez lo que escribo hoy aquí pueda molestar, pero lo escribo como profesora que soy y como tal me incluyo en el análisis.
La violencia en todas sus formas no nace por "generación espontánea", tiene su origen en algún punto o en algunos puntos. Los alumnos, sean de la edad que sean, no nacen violentos. Crecen y se desarrollan principalmente en dos ambientes:la familia y la escuela.
Calculando que desde los 3 años, los alumnos pasan, como mínimo, 5hs diarias y 5 días a la semana en la escuela,los profesores estamos con ellos una gran parte de su tiempo. ¿Cómo podemos entonces decir que los problemas, en este caso de violencia o acoso, tienen su origen exclusivamente en el seno familiar?. Por supuesto que la familia es el lugar primero de aprendizaje de valores y convivencia pero, a partir de los 3 años, no es el único lugar.
Me pregunto ,entonces, ¿por qué si los maestros somos tan hábiles para analizar,decidir y anunciar que el origen de este problema puntual(violencia y acoso) está en la familia, somos tan poco hábiles para autoevaluarnos y ver qué parte de nuestro trabajo influye en esa violencia o en ese acoso?. Porque desde hace días lo que leo, escucho y veo es que los profesores somos las víctimas y los alumnos y sus familias los verdugos.
Y me pregunto cómo es posible que creamos que nuestra manera de ser maestros no influye en parte en lo que está ocurriendo.
Creo que estamos tardando en analizarnos a nosotros mismos en nuestro rol, en nuestro modelo de comunicación, en los mensajes, contramensajes y metamensajes que emitimos a diario, en nuestro modo de desarrollar nuestra asignatura, en nuestra manera de ejercer el liderazgo, en nuestra forma de enseñar a convivir y a cooperar.
Una vez un catedrático me dijo: "decimos lo que sabemos pero enseñamos lo que somos". Decimos matemáticas, geografía, historia.....y mientras decimos la asignatura,ENSEÑAMOS comunicación, modales, humor, convivencia, respeto...
En un libro que recomiendo, "Des-edúcate", encuentro esto: "Ocuparme de ellos implica cuestionarme a mí mismo y plantearme si debo cambiar determinadas actitudes. Y cambiar actitudes exige deseducar determinadas visiones, creencias, tópicos....."
Estamos tardando en bajarnos del carro de las víctimas. Es un error plantearnos este tema en términos de buenos y malos, culpables e inocentes, víctimas y verdugos.
Es hora de dejar de utilizar(digo bien:utilizar) lo que se ve en la superficie para profundizar en el interior. Y, a veces, profundizar no es cómodo porque, entre otras cosas, nos obliga a revisarnos....

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Estoy de acuerdo...usamos, los maestros, una doble moral.

¿No será que llegó el momento de poner sobre la mesa tooooodas las carencias (humanas y docentes)? ¿no será que llegó el momento de recuestionarnos -y válgame la redundancia- la cuestión?

Añado a tu escrito otra polémica, si cabe, para que moleste un poco más... ¿realmente es un tema "nuevo"? Que levante la mano, de aquellos que ahora rondamos los 40, quien no sufrió, vio sufrir o, directamente, no ejerció "violencia" en sus etapas escolares (E.G.B. o B.U.P).

Uff... si se trata de poner, por fin, todo en la mesa... pongámoslo todo...

Víctimas y verdugos, verdugos y víctimas...¿realmente no es posible imaginar otro tipo de relación entre los maestros y las familias? ¡¡qué falta de imaginación, por Dios!!

El tema es delicado, profundo e interesante... como siempre... hacen falta espacios de reflexión docentes... ¡ya sé!¡se los pediré a los Reyes! jajajaja

Riámonos un poco, riámonos juntos.

Un abrazo!!

Estefanía

2:48 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡Qué fácil es poner la culpa afuera!.La violencia en sus distintas manifestaciones es parte de la condición humana, pero la escuela debe poder mostrar caminos inteligentes para la resolución de conflictos.Ante una situación de tensión,alguien debe mantener la calma y ese es el docente.¡Vamos colegas!Seamos creativos y enseñemos a nuestros chicos y padres que el diálogo es la mejor manera de solucionar alguna situación no deseada.El sentido del humor aplicado a tiempo es un excelente recurso para distencionar
una situación límite.En mi escritorio un cartel versa:"ANTE LA CRISIS,SONRÍA".Les aseguro que da resultados.

11:57 p. m.  

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